Parque arqueológico: mantenimiento I

Homínido en poliresina y fibra de vidrio. Base teñida con posterior texturizado (Paleorama 2003)

Estrenamos con este artículo una nueva subcategoría vinculada al apartado Gestión de Patrimonio: el mantenimiento. El mantenimiento de exteriores suele ser la asignatura pendiente en los procesos de planificación de proyectos, cuyo resultado se traduce a posteriori, en “un gasto extraordinario” con el que no contábamos, pero que en realidad es un fijo que hay que anticipar en las evaluaciones de costes. No es raro observar centros que presentan escenificaciones y estructuras deterioradas, dando una mala imagen que los visitantes considerarán como dejadez y falta de preocupación (gestión ineficaz en definitiva), y es que la conservación de cabañas, figuras, corrales, lagos artificiales, escenificaciones, panelería, señalización, iluminación y cableados, ambientaciones con vegetación, etc, exigen muchos cuidados y atención (si queremos causar buena impresión) y sobre todo, una buena dósis de anticipación, planificación, reflexión e investigación (y en su defecto conocimiento o experiencia previa), de materiales, proveedores, ubicaciones, usos y condicionantes ambientales. Son estos, aspectos que no podemos dejar al azar: “bueno, ya veremos más adelante que pasa, a ver si aguanta…”. Después de 15 años trabajando en este tipo de instalaciones te das cuenta que, en exteriores, nada dura eternamente y que el mantenimiento es caro.

En este articulo (mantenimiento I) presentamos nuestras observaciones sobre figuras al exterior. Nota: los datos expuestos son el resultado del seguimiento sobre figuras elaboradas en distintos materiales, a lo largo de varios años.

(1) Figura a los 3 meses. (3) Al año y medio. (5) Despúes de tres años y a los 3 meses de dos restauraciones casi consecutivas. La base de resina y fibra permanece intacta.

Si algo hemos sacado en conclusión es que lo que mejor funciona (o que genera los menores costes de mantenimiento) son las figuras con todos sus accesorios modelados, sin añadidos (incluyendo pelos o pelucas -se caen-, ropajes -se pudren-, complementos metálicos sobre figura -se oxidan-, cejas, postizos, etc, incluso los ojos acaban gelifractando…) sobre mezclas de resina y fibra que, con el tiempo, exigirán no obstante un nuevo texturizado con pinturas específicas. Estas, dependiendo del proveedor, presentan una duración que oscila entre 1 y 3 años (también dependerá de los contrastes medioambientales, cuanto más marcados, menor duración). Para este artículo sólo se han considerado las alteraciones provocadas por los cambios térmicos, lluvia, nieve, heladas, excrementos de animales, parásitos, insectos, etc, sin tener en cuenta los desperfectos que provocan los visitantes (que suelen acelerar los procesos anteriores).

Evidentemente hay productos que ofrecen resultados muy realistas, pero en exteriores, el detalle y la conservación (coste, a fin de cuentas), son prácticamente incompatibles. En cualquier caso, cada día salen al mercado nuevos productos. Es obligación del responsable del área de mantenimiento estar al día para elegir el producto adecuado. Actualmente estamos probando nuevas siliconas (material que nunca nos ha ofrecido los resultados esperados) que proporcionan un realismo fantástico y que han respondido bastante bien a pruebas de congelación – descongelación continuada durante varios meses.

Dado el coste de las figuras, calculamos que la elección inadecuada de la materia prima o del proveedor, produce un coste extra de mantenimiento que puede ser (al año) del 100% en el peor de los casos (sustitución de la figura), y del 5-20% en el mejor.