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reciclar sílex, sílex térmico

silex termico

Todos los que nos dedicamos a la talla lítica conocemos la dificultad de encontrar sílex, y no digamos buen sílex y de gran tamaño (elaboración de núcleos de mantequilla, laminación, hojas de laurel..). Sin embargo, para productos de formato pequeño (puntas de flecha, por ejemplo), no hace falta ir a por sílex, basta con reciclar las lascas que vamos amontonando (porque las guardamos siempre en el mismo sitio para evitar contaminaciones ¿no?), incluso las de mala calidad. ¿las malas? Seguramente habéis oído hablar del sílex térmico, sílex que ha sido sometido a un proceso de calentamiento progresivo, y que “se talla mejor”. En realidad, el proceso de calentamiento no hace que el sílex sea menos duro (dificultad a ser rayado), pero sí que modifica algunas propiedades mecánicas de la roca (fundamentalmente sílex, jaspes, ágatas, etc -no funciona con cuarcitas, calizas o areniscas metamórficas-), que facilitan la propagación de la fractura (nuestras extracciones se “romperán” más fácilmente) y producen cambios en la textura y coloración, generando unas piezas de aspecto jabonoso y brillante, muy llamativas (ver imágen).

silex cocido

Sabemos con toda seguridad que en el neolítico ya se calienta el sílex y probablemente antes. El proceso de calentamiento es sencillo, basta con excavar un hoyo de apenas 20-30 cm de diámetro y unos 20-30 de profundidad. En la base depositaremos una capa fina de arena de río (c-1) y sobre esta, otra de carbón en combustión (c-2) que retiraremos de una hoguera previa. Ahora ponemos otra capa fina de arena (como la c-1) sobre la anterior, de aproximadamente 2 cm (si el carbón no es muy bueno, bastará con 1cm). Es muy importante que el carbón no traspase la arena. Sobre la arena que acabamos de poner, colocamos nuestras lascas, de grosor uniforme, de manera que ese grosor no supere los 2 cm (se pueden meter lascas más gruesas pero el resultado es variable). Sobre esta capa de lascas (c-3), echamos otra vez arena de río hasta que las cubra 2 cm por el límite de la más gruesa (de ahí la importancia de la uniformidad de su grosor) y de nuevo otra capa de carbón (c-2a) y sobre esta, otra de arena (c-1b). Finalmente lo tapamos con un poco de tierra y a esperar al día siguiente.

  • Tierra
  • c1b- arena de rio (4cm)
  • c2a-carbón (3-4 cm)
  • c1a -arena de rio (2cm)
  • c3-lascas (una capa)
  • c2-carbón (3-4 cm)
  • c1-arena de base (1 cm)